
Miro hacia abajo y encuentro mis anchos muslos… el primer pensamiento que cruza mi mente es uno de rechazo; un deseo de que fuesen distintos, los de otra, una mujer que no soy.
Después sonrío. Porque pienso en todo lo que permiten hacer; en lo feliz que soy, en cómo he recorrido el mundo. Estos son mis muslos. Este es el cuerpo que yo habito y es perfecto. No tengo que pedir perdón por existir en un tamaño “más grande al de la moda”.
No valgo más si ocupo menos espacio en el mundo.
Giro en la piscina y cuando salgo, alegre porque el agua me da mucha dicha, puedo ver en mi, las piernas de mi abuela, las de mi madre, las de mis tías y no siento mas que cariño y agradecimiento.
Muslos risas, muslos alegrías, muslos vida, muslos míos; fuerza para recorrer el mundo, para luchar, para salir airosa, para estar viva… piernas me permitirán cargar una panza ancha y hermosa con mis hijos adentro.
Te veo, les digo. Son perfectas. Gracias… siento que voy sanando… un poquito
Con todo mi amor y deseando que hoy puedas darle las gracias a tu cuerpo, tal cual es, Cocó
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